lunes, 12 de febrero de 2024

EL TRASTORNO DE PERSONALIDAD EVITATIVO NO ES UNA FOBIA SOCIAL

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL ENTRE FOBIA SOCIAL Y TRASTORNO DE PERSONALIDAD EVITATIVO


Existe una especie de solapamiento entre el trastorno de la personalidad por evitación (TPE) y la fobia social de tipo generalizado, hasta el punto de ser conceptualizaciones alternativas para un mismo estado. En el trastorno de angustia con agorafobia, la evitación también es característica, sin embargo, en el trastorno que nos ocupa, la evitación tiene un inicio temprano, sin ningún precipitante claro y un curso más estable.

Como algo común a todos los trastornos de personalidad, todos suelen tener características comunes, que hacen que puedan confundirse; sin embargo, si un sujeto presenta criterios para más de un trastorno, debe diagnosticársele todos los que tenga.

Es frecuente, como ya se ha dicho antes, que el trastorno de la personalidad por evitación (TPE) vaya acompañado del trastorno de personalidad por dependencia, además de que ambos tienen numerosas características en común. La principal diferencia entre ambos es, que en el TPE la preocupación fundamental gira en torno a la evitación de la humillación y el rechazo, y en el trastorno por dependencia la gran preocupación es que se ocupen de uno.

En el trastorno esquizoide y esquizotípico de la personalidad existe también un aislamiento social, sin embargo, los sujetos con estos trastornos no sufren por ello, sino que más bien lo prefieren; por el contrario, en el trastorno de la personalidad por evitación (TPE), este aislamiento es muy sufrido y se sienten profundamente solos.

La característica que tienen en común el trastorno paranoide de la personalidad y el trastorno de la personalidad por evitación (TPE) es la renuncia a confiar en los demás; pero en este último trastorno esto es debido al miedo al compromiso o al miedo a sentirse inferior a los demás.

Por último, este trastorno de la personalidad debe diferenciarse de los cambios en la personalidad producidos por una enfermedad médica. También hay que distinguirlos de los síntomas que se pueden presentar en asociación con el consumo crónico de sustancias.

Estos rasgos pueden también presentarse en sujetos sin que lleguen a constituir un trastorno; debido a que sólo se constituyen como trastorno cuando son inflexibles, desadaptativos y persistentes; además de cuando ocasionan deterioro funcional o malestar subjetivo.

En la CIE-10 el trastorno de la personalidad por evitación (TPE) viene recogido con el nombre de trastorno ansioso (por evitación) de la personalidad; y sus criterios diagnósticos, en relación con los del DSM-IV, aunque algo distintos, definen en líneas similares el mismo trastorno.

DESARROLLO Y CURSO DE LA FOBIA SOCIAL

DESARROLLO Y CURSO DE LA ANSIEDAD SOCIAL


Este trastorno se inicia a una edad temprana (entre los 8 y los 15 años). Suele estar precedido por una historia de timidez en la infancia. En ocasiones el inicio de la fobia social se origina por una experiencia humillante. La aparición en la edad adulta es menos probable, y en este caso sí suele tener su origen en un evento estresante o cambios vitales que requieren nuevos roles (pareja de clase social diferente, ascenso en el trabajo). Si la persona tiene ansiedad social ante la interacción con el sexo opuesto, puede ver aliviada su sintomatología al tener una pareja estable, pero en caso de ruptura, suelen volver los síntomas.

Los adolescentes manifiestan un patrón más amplio de miedo y evitación, en comparación con los niños más pequeños. Los adultos mayores expresan niveles de ansiedad social más bajos pero en una amplia gama de situaciones, mientras que los adultos más jóvenes expresan mayores niveles de ansiedad social en situaciones específicas. En las personas mayores, la ansiedad social puede deberse a una discapacidad debido a una disminución del funcionamiento sensorial (audición, visión), o a vergüenza a causa del aspecto (como el temblor como síntoma de la enfermedad de Parkinson), o del funcionamiento debido a afecciones médicas, incontinencia o deterioro cognitivo.

En la tercera edad puede ser difícil detectar un trastorno de ansiedad social, ya que expresan más atención a sus síntomas somáticos, enfermedades medicas, limitada conciencia de enfermedad, cambios en el entorno o en sus funciones que pueden enmascarar su funcionamiento social.

FACTORES DE RIESGO Y PRONÓSTICO


Temperamentales. La inhibición del comportamiento y el miedo a una evaluación negativa son factores predisponentes para sufrir este trastorno.  

Ambientales. El maltrato infantil y las adversidades psicosociales de aparición temprana son factores de riesgo para  la aparición temprana de este trastorno.

Genéticos y fisiológicos. La inhibición conductal, propia de la ansiedad social, está influenciada genéticamente.

ASPECTOS DIAGNÓSTICOS RELACIONADOS CON LA CULTURA

El síndrome de taijin kyofusho (en Japón y Corea) a se caracteriza por una preocupación por la evaluación social y cumple los criterios del trastorno de ansiedad social que se asocian al temor a hacer que otras personas se sientan incómodas ("mi mirada molesta a la gente, por lo que miran hacia otro lado y me evitan"); se trata de un miedo que a veces se experimenta con intensidad delirante. Este síntoma también se puede encontrar en lugares no asiáticos. Otras presentaciones de taijin kyofusho pueden cumplir los criterios del trastorno dismórfico corporal o del trastorno delirante.

Las sociedades con fuertes orientaciones colectivistas pueden referir altos niveles de ansiedad social, pero existe una baja prevalencia de este trastorno.

TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL Y GENERO

Las mujeres con trastorno de ansiedad social refieren mayor número de miedos sociales y suelen presentar en mayor medida trastornos depresivos, bipolares y de ansiedad a la vez (comórbidos).

Los varones con este trastorno son más propensos a temer a las citas, presentar un trastorno negativista desafiante o un trastorno de conducta, y abusar del alcohol o las drogas para aliviar los síntomas. Las mujeres con trastorno de ansiedad social refieren un mayor número de miedos sociales y trastornos depresivos, bipolares y de ansiedad comórbidos, mientras que los varones son más propensos a temer a las citas, a tener un trastorno negativista desafiante o un trastorno de conducta y al uso de alcohol y drogas para aliviar los síntomas del trastorno. La paruresis (ansiedad por ir al baño en sitios públicos) es más común en los varones.